El Golden Hinde original, en español la Cierva Dorada, partió hará unos 400 años, en una fría mañana de Noviembre de 1577. Era el buque insignia de un pequeña flota de cinco embarcaciones lideradas por Francis Drake, el cual ya era conocido como un infame corsario inglés. Drake había sido un marinero desde muy joven. El sirvió en barcos mercantes en el Canal de La Mancha antes de unirse a su primo, John Hawkins, en los primeros viajes ingleses en los que se comerciaban con esclavos. Estos viajes lo enfrentaron contra España, tan pronto como él comenzó su carrera como pirata, atacando y asaltando las colonias españolas en el Caribe y en Centro América.
Con su éxito se ganó el apoyo de la poderosa élite inglesa, incluyendo por supuesto a la Reina Isabel I. Drake les presentó un plan que había tentado durante tiempo a los caza tesoros ingleses - Mejor que atacar el Caribe, el realizaría el peligroso viaje alrededor del extremo sur de las Américas para explorar y asaltar la costa del Pacífico, de esta forma descubriría nuevas rutas comerciales para Inglaterra. Isabel y otros miembros de la corte le regreso de Drake.
El viaje llevó al Golden Hinde y a Drake más lejos de lo imaginado, y en 1580 volvió a a Inglaterra como capitán del primer barco inglés en completar una circunnavegación del globo. En la bodega del barco había grandes cantidades de plata, oro, y otros bienes preciados con un valor de cientos o miles de libras.
Prácticamente no queda nada del barco original del Golden Hinde, el cual sucumbió a la podredumbre a mediados del siglo XVII. El barco en el que se encuentra usted ahora mismo es una réplica construido e inaugurado en 1970. Sin embargo, este también ha dado la vuelta al mundo y ha completado viajes de largada distancia. En total ha navegado 100,000 millas, haciendo las veces de atracción turística, sirviendo como lugar de eventos y de rodaje de películas alrededor de todo el mundo, antes de ser bienvenido en su hogar actual en 1996.
Ahora mismo usted se sitúa en la cubierta principal. Esta cubierta hubiera sido un importante lugar de reunión para la tripulación durante el siglo XVI. El mástil principal hubiera servido como punto de encuentro para la comunidad de abordo. Aquí los botines hubieran sido compartidos, los castigos sentenciados, la información repartida, y los servicios religiosos administrados por El Capitán del barco. Por algunos delitos miembros de la tripulación podrían haber sido atados al mástil a modo de castigo ejemplar.
Antes del mástil encontramos la escotilla, la cual podía abrirse para permitir que los bienes pesados pasaran con facilidad entre las cubiertas. La rejilla de la escotilla también permitía que la luz y el aire llegaran a las cubiertas de abajo para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los marineros.
Entre la escotilla y el mástil, veréis un par de cabezas de caballeros, puntos fuertes diseñados para amarrar las cuerdas de la verga de la vela mayor. Estas estructuras actuaban como grandes cabillas, pero también tenían un propósito ceremonial. A menudo se labraban con las formas de fieros soldados, en este caso caballeros cristianos, los cuales serían símbolos para armarse de valor y espantar a los espíritus que quizá por allí merodeasen. En algún punto de la vida de la réplica nació la superstición de que tocar su cabeza daba buena suerte. Antes de continuar ¿Por qué no probarlo?