La fotografía en la década de 1930 era muy diferente a la actual.
Los fotógrafos de la escuela, desempleados en el verano, contrataban a un muchacho local y con un pequeño pony de las Shetland o una cabra y un remolque, viajaban por el campo yendo de puerta en puerta, alentando a los padres a hacer las fotos de sus hijos.
La mayoría de las fotografías fueron tomadas afuera, ya que era mejor iluminación que en el interior.